Parece que
la armada trabaja siempre de acuerdo con dos principios esenciales. Uno de
ellos es la regla “a más imbecilidad, más autoridad”, lo que quiere decir que,
cuanto más imbécil seas, más probable es que te asciendan. El otro principio
que he visto confirmado durante mi período de servicio es la “maldición de los
competentes”. John se encuentra en este último caso. Cuanto más competente
seas, mayores serán las responsabilidades por las que no te pagan, y más
trabajo te exigirán.
Dios había
iniciado su carrera en la dirección de operaciones de la CIA, y había concebido
y ejecutado programas de operaciones secretas dentro del territorio de Estados
Unidos. Le habían entrenado los mejores, los más brutales. Su maestro había
muerto hacía tiempo, y tenía el dudoso pero altamente secreto honor de haber
creado las reglas de juego por las que se había regido la Operación Northwoods,
un programa de falsos atentados terroristas dentro de Estados Unidos para asesinar
civiles y culpar a elementos radicales. Su propósito era suscitar el apoyo de
la opinión pública de cara a una invasión militar de Cuba.
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