Salamina
“Eupompo de Samos crió,
maravilla increíble, una serpiente salvaje. Según se cuenta, era su hija. Se
llamaba Dracón, tenía una vista muy aguda y podía ver fácilmente a veinte
estadios. ( 1 estadio = 178 metros) Él [Eupompo]
la puso al servicio de Jerjes por mil talentos y, sentada con él bajo un
plátano dorado le describía lo que veía del combate naval entre los griegos y
los bárbaros (Salamina) y las proezas de Artemisia”
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