Arístides sacudió la cabeza.
__Purifícate, y los dioses proveerán, quizá.
En aquellos tiempos existían algunos templos que purificaban
a los que estaban manchados por muertes y actos impíos. Hasta el propio
santuario de Leito, en Platea, aunque este solo atendía a soldados.
Pero los centros principales de purificación por los
crímenes eran Olimpia, Delfos y Delos. Y el viaje a Delos era el más fácil,
aunque quizá fuera el templo más distante en estadios, Y el Apolo de allí era
el más dispuesto a escuchar a un hombre corriente.
__Iré a Delos__dije.
Los sacerdotes son lo mismo en todo el mundo; he observado
una cierta semejanza entre ellos desde Olimpia hasta Menfis, en Egipto. Muchos
son buenos hombres y mujeres; hay algunos notables, verdaderamente benditos.
Los demás son una morralla lamentable que, según creo, no se podrían ganar la
vida de ninguna otra manera, salvo como mendigos o peones del campo.
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